sábado, 30 de enero de 2010

NACIMIENTO DEL LUJO 2ª PARTE




Podemos definir el nacimiento del lujo como una historia de amor entre Luis XIV y Luis XIV, sí, este rey se propuso por mero narcisismo ser el monarca más poderoso, elegante y sofisticado del mundo. Su complejo le prohibía que nadie le hiciera sombra y puso a un país entero a su disposición para tal fin. El Rey Sol era un devorador de artículos de lujo, un obsesivo de lo máximo y un acumulador convulsivo de riquezas. Si creó la mayor empresa de producción de artículos de lujo de la historia (no olvidemos que involucró a toda Francia en este menester) no fue sólo para que su nación fuera en pos de una vida mejor, con mayores oportunidades para el ciudadano de a pié , si no para mostrarse ante los demás monarcas (sobre todo ingleses y holandeses, que siempre habían ridiculizado a Francia, que en esa época eran los mayores potencias económicas y mercantilísticas de la época)como un rey poderoso y rico. Pero más allá del aspecto psicológico nos regaló a todos una herencia hermosa de apreciar lo más bello y sublime de un objeto o estilo de vida. Y es esto lo que debemos recordar y aplicar en estos momentos en los cuales vivimos.
Luis XIV y Colbert (ministro de finanzas) no dejaron a la improvisación absolutamente nada, Colbert tenía un talento innato a la hora de aprovechar todo tipo de oportunidades y sacarle el máximo provecho. Su hiperactividad le hizo omnipresente en todos los departamentos del ministerio. Creó leyes tributarias favorables para el comercio doméstico y aduanero para favorecer la producción interna de todo tipo de manufacturas, desarrolló canales terrestres para la óptima distribución interna de lo que se producía dentro del país, se protegieron a los creadores e inventores, de hecho fue un tiempo de explosión de creatividad únicos.
A los trabajadores especializados se les prohibía emigrar. Para mantener el carácter de los productos franceses en el mercado extranjero la calidad y la medida de cada uno de los productos estaban regulados por ley y malo de aquel que incumpliese esta norma, lo trataban como delincuentes y destruían todos los bienes producidos. Y mientras todo esto pasaba los franceses inventaron las primeras tiendas de moda y complementos (hasta entonces los modistos iban a los palacios a vender los tejidos...), los primeros cafés tal y como los conocemos hoy, los primeros números extras de los periódicos hablando de moda, las primeras guias turísticas ( se hicieron para recorrer las tiendas de moda , joyerías... ), las primeras peluquerías, casi todos los tipos de calzados que llevamos hoy ( confeccionaban deliciosas miniaturas de porcelana de cada modelo que creaban para que los clientes nacionales e internacionales conocieran las novedades), crearon por encargo del Rey y de Colbert la forma de hacer espejos grandes pues hasta entonces eran sólo de unos cuantos centímetros y eran exclusivos de los Maestros artesanos venecianos, el abad Dom Pierre Pérignon inventó, esta vez de forma casual, el amado y deseado champagne rey de todas las citas importantes, las primeras farolas para iluminar las calles donde habia comercios y así vender más...Todo un conglomerado de cosas impresionantes para crear belleza y glamour, crear lo mejor y más caro.

¿Por qué no hacemos nosotros igual?.
Frabriquemos el lujo en nuestros países.
Volvamos a crear identidad propia.
Demos la oportunidad a trabajadores artesanos especializados y a toda una cadena de servicios donde se distribuyan más los beneficios.

No vulgaricemos el lujo, no pretendamos popularizar el lujo porque esto nos lleva a la impersonalización de la industria de la moda, a la globalización más descarnada de la identidad. Y esto es realmente una catástrofe para todos pues sólo se enriquecen unos pocos. Los magnates de la industria de la moda son un claro ejemplo de que UNA sola persona se enriquece de manera escandalosa y no produce riqueza en el país de origen si no que desvía la producción a tierras donde personas tratadas como ESCLAVOS son los que nos confeccionan las prendas que luego nos ponemos alucinando que son tan chulas y económicas.
Ayudemos con nuestras compras racionales a devolver a la clase trabajadora media y artesana su puesto digno en la sociedad. Volvamos a valorizar el trabajo de los oficios artesanales. Los artesanos son profesionales dotados de una excelente maestría y de un gran talento. Los oficios manuales preservan de forma natural unos valores identitarios imprescindibles para todo país que se precie de tener patrimonios culturales ancestrales. Porque el lujo sin frivolidad es cultura, cultura de lo bello y bien hecho.
Podríamos emular al Comité Colbert francés en proteger, potenciar y difundir los oficios artesanales, a los Maestros Artesanos, involucrándolos en el comercio del lujo y así volver a poseer parcelas dónde la identidad de cada país se palpe. Que paseemos por las calles europeas o del mundo y digamos -¡Mira esos zapatos, seguro que son españoles...- Que volvamos a diferenciarnos unos de otros y que la batalla por ser mejores se reflejen en perfeccionar cada vez más los productos para llegar a lo sublime.

"El lujo es una necesidadque
empieza donde acaba la necesidad"
COCO CHANEL

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